Tras la quiebra del sistema financiero, los dos gobiernos que se han ido sucediendo se han dedicado a un sucesivo despedazamiento y puesta en venta del Estado de Bienestar, en franca descomposición, con la excusa de ponerlo bajo el mando del sector privado, que en teoría, hará una gestión más eficaz.
Como no podía ser de otra manera, la Universidad, como el resto del sector de la educación, no se ha librado de este proceso, y decimos esto porque esta institución no solo supone para el Estado una inversión desde un punto de vista económico, sino también social. Es decir, la Universidad representa un microcosmos en el que se van a generar los miembros de la sociedad futura, al mismo tiempo que es un reflejo de ésta.
Podemos ver cómo en primer lugar aumentan el precio de las tasas (de 15 a 25% este año, reconocido por la propia Universidad de Granada) con lo que pronto y si seguimos con esta dinámica, que en el próximo curso podría ser de hasta un aumento de 66%, solo podrán acceder a la educación superior las familias más solventes y a la lapidación de la supuesta igualdad de oportunidades que siempre se ha predicado en nuestra “laureada” Constitución, que si bien nunca fue cierta, al menos se guardaban las formas y se mantenían precios más bajos que otras épocas.
En segundo lugar están preparándose para el despido de profesores, por lo que ya han preparado en los nuevos recortes en Educación el aumento de alumnos por clases, fomentando la masificación, que además de ser un factor comprobado de pérdida de calidad en la enseñanza, se realiza en esta ocasión para tener más alumnos, pero con menos profesores. Las horas lectivas del profesorado aumentarán y se espera el uso de profesores de un centro en lugar de interinos para ocupar bajas.
En tercer lugar, el recorte de los presupuestos del Estado en la educación en general, para seguir “el esfuerzo del resto de la ciudadanía”, en palabras de este gobierno que no hablaba tan duro cuando se encontraba en la oposición y menos en la campaña electoral (donde defendía la calidad de la enseñanza “ante todo”), esfuerzo que por supuesto no realizará instituciones como la Iglesia y que no contradice las ayudas estatales a las entidades financieras y banqueras. Tal esfuerzo se traducirá en menos gastos en los centros públicos, menos gastos en herramientas innovadoras como los ordenadores en dichos centros y, no podemos olvidar, en menos gastos para el mantenimiento de estos centros. Recordemos tan solo las escuelas de Valencia donde los niños iban con mantas a falta de calefacción. Si eso pasaba hace un año, qué pasará ahora con 3.000 millones menos de gastos en educación.
Todo esto se ha realizado, como es costumbre en “Nuestra Democracia”, unilateral y autoritariamente por el Gobierno, sin preguntar a los integrantes del mundo de la enseñanza, que sin embargo ya se ha manifestado clara y frontalmente contra las medidas de rapiña contra la sociedad de este gobierno descerebrado y que es capaz de poner a un televisivo payaso energúmeno como es el “señor” Wert al frente de un ministerio como es el de Educación. Es vergonzoso que se tenga que recortar en algo tan elemental y fundamental en la sociedad como es la educación. Mas aún cuando se invierte mucho más en otras instituciones, muchas de ellas de dudosa utilidad social. Es necesario que la sociedad muestre su más firme oposición a los disparates de este gobierno que realiza en nombre de una crisis que ellos mismos han generado con sus bancas, bolsas y empresas. Es necesario que los miembros de la comunidad universitaria accedamos al control directo y sin supuestas representaciones de las decisiones que nos afecten, al mismo tiempo que la sociedad haga lo mismo con el poder político y empiece a tomar decisiones de abajo a arriba. Ya hemos visto que las asambleas para decidir no son nada difíciles. Y también es necesario tener en cuenta la necesidad de conciencia, lucha y organización que necesitamos para superar el estado actual de dictadura económica que vivimos donde nos intentan convertir en cerdos y bestias que se limitan a comer y consumir sin más, explotándolas mientras tanto o hasta su sacrificio final.
La CNT sigue apostando por la lucha antiautoritaria, esto es, sin jerarquías, sin líderes, sin liberados, sin subvenciones, asamblearia y horizontal. El anarcosindicalismo no necesita las estructuras del poder -las despreciamos-, nos organizamos para luchar y defendernos mediante la acción directa, quienes sufrimos los problemas: estudiantes, profesores, trabajadores del PAS y del PDI juntos al lado de mecánicos, obreros de la construcción, albañiles, conductores..., somos la clase trabajadora organizada, solo unidos podemos hacer frente a los eternos ataques del Estado y el capital, porque todos van en la misma linea y contra los mismos de siempre; porque el Estado y el capital son un problema en sí mismos, las crisis que provocan no son más que una manifestación elevada de un sistema podrido en su esencia.
La Huelga es la mejor herramienta que hemos tenido -y tenemos- los trabajadores, y no podemos desvirtuarla: tenemos que recuperar el sentido de la huelga revolucionaria y salvaje, la huelga que se empieza hasta vencer, la que se realiza no como medio de propaganda si no como medio de lucha, de presión, de hacer daño al capital. Últimamente se viene escuchando a personas que se refieren a la palabra huelga como sinónimo de manifestación, vaciando de contenido este arma tan valiosa. Hay que tener presente que la huelga de estudiantes no hace un daño al sistema productivo, no paraliza la actividad económica y por lo tanto no es un arma o herramienta de presión; aún así, dejar las aulas vacías para asambleas, charlas, actos o manifestaciones es algo necesario y productivo, y esperamos que si las sillas se quedan frías sea porque se está luchando en la calle para que mañana estén calientes. Y no solo eso, sino para que mañana en las aulas se aprenda para el progreso del ser humano, y no para que un grupo de explotadores saquen beneficios de nuestra formación.
CONTRA EL TASAZO Y LOS RECORTES CONTRA EL ESTADO Y EL CAPITAL
ACCIÓN DIRECTA Y AUTOORGANIZACIÓN ¡HACIA LA HUELGA GENERAL INDEFINIDA!